Combinando tecnologías de punta con una interfaz fácil de usar, ZV2 es el dispositivo de biorresonancia que promueve la forma física, un sueño reparador y une vida mejor para todos !
El uso regular de ZV2 conduce a cuatro resultados principales: mejora de la condición física, salud mental mejorada, reducción significativa del dolor y un sueño profundo de mayor calidad.
Creado en Francia en 2014, ZV2 es un transmisor de frecuencia natural patentado, perfectamente adaptado a nuestro cuerpo. ¡El equipo se puede utilizar solo o además de cualquier terapia, sin contraindicaciones ni efectos secundarios!
Nuestro cuerpo está compuesto por miles de millones de células vivas, cuya función principal es generar los componentes necesarios para el óptimo funcionamiento de nuestro organismo proceso conocido como metabolismo.
Como auténticas fábricas interconectadas, nuestras células requieren energía para desempeñar sus funciónes y llevar a cabo su autorreparación. Se comunican entre sí mediante receptores que captan y emiten señales. Cuando las células están plenamente energizadas, la comunicación fluye eficientemente, lo que contribuye a la salud del cuerpo. Sin embargo, cuando el nivel de energía celular disminuye, la comunicación entre ellas se ve comprometida, generando desequilibrios en el metabolismo y dando lugar a la aparición de trastornos.
Aquí es donde entra en juego el ZV2. Gracias a la combinación de cuatro tecnologías de vanguardia, ZV2 preserva o potencia el nivel energético de nuestras células hasta alcanzar su máximo potencial natural. ¡Esta acción biocelular es esencial para desatar la energía latente que reside en cada uno de nosotros!
Los campos magnéticos y electromagnéticos: ¡naturales y esenciales para la vida!
Precursores como Nicolas Tesla en Estados Unidos y Georges Lakhowsky en Francia demostraron la posibilidad de ejercer una acción fisiológica en el organismo humano mediante el uso de campos magnéticos o electromagnéticos.
Tesla también destacó la existencia de ondas escalares: ondas no hertzianas que se encuentran omnipresentes en la vida.
En los años 60, los primeros astronautas viajaron al espacio, lo que requirió la compensación de la falta del campo magnético terrestre con equipos inicialmente rudimentarios, pero igualmente eficaces.
Explorando las frecuencias de la vida y la biorresonancia.
A principios del siglo XX surgió el concepto de biorresonancia. Este principio se fundamento en la idea simple de que todo en el universo posee su propia frecuencia, incluyendo cada una de las 100.000 billones de células que componen nuestro cuerpo. Al enviar a cada célula su frecuencia correspondiente, se incrementa su nivel de energía y se restaura su correcto funcionamiento, contribuyendo así a nuestro bienestar general.
ZV2